La torta Ópera: precisión, capas y el arte de la pastelería francesa

Este clásico sigue deleitando paladares, combinando sabor, técnica y estética. Por Deisy Terán Tosta Elegante, compleja y exigente, la torta Ópera es uno de los íconos más refinados de la repostería francesa. Con su estructura milimétrica de capas finas y sabores intensos —entre el chocolate, el café y la almendra—, este postre representa mucho más que una preparación dulce: es una verdadera pieza de arte comestible. Concebida en la década de 1950 por la casa Dalloyau en París, la torta Ópera debe su nombre a la Ópera Garnier, ya que su aspecto rectangular con capas superpuestas recuerda los niveles del teatro. Cada componente de esta receta tiene una función: el bizcocho joconde aporta ligereza y estructura; el almíbar de café intensifica el sabor; la crema de mantequilla suaviza el conjunto, y el ganache de chocolate oscuro agrega carácter. Para el cocinero venezolano Willman Escalona, la torta Ópera representa “una prueba de respeto por la técnica, la memoria de lo clási...