La Virgen de la Paz: el abrazo eterno de Trujillo entre montañas, fe y cielo
En lo alto del estado Trujillo, entre la neblina y el verde infinito de los Andes venezolanos, se alza una figura imponente que parece tocar el cielo. Es la Virgen de la Paz, el monumento mariano más alto del mundo, un símbolo de fe, serenidad y orgullo andino que invita a cada visitante a mirar el paisaje… y también hacia adentro.
Por Deisy Terán TostaA 1.600 metros sobre el nivel del mar, en la cima del cerro Peña de la Virgen, se encuentra la Virgen de la Paz, una escultura monumental de 46,72 metros de altura, incluso más alta que el Cristo Redentor de Brasil. Inaugurada el 21 de diciembre de 1983, esta obra fue diseñada por el escultor Manuel de la Fuente, y desde entonces se ha convertido en uno de los destinos turísticos más emblemáticos del occidente venezolano.
Construida en concreto armado, la imagen representa a María Santísima sosteniendo una paloma, símbolo universal de la paz. En su interior, los visitantes pueden ascender por escaleras que conducen a cinco miradores internos, cada uno con una vista panorámica distinta: hacia la Sierra de Trujillo, el Valle de Motatán y las montañas que se funden en el horizonte con el Lago de Maracaibo.
Un viaje entre fe, historia y paisaje
El camino hacia el monumento es, en sí mismo, parte de la experiencia. Desde la ciudad de Trujillo, el recorrido serpentea entre curvas y flores silvestres, dejando ver pequeñas capillas, cultivos de café y fresas, y miradores naturales donde el aire puro parece detener el tiempo.
Al llegar, la serenidad del entorno se mezcla con el murmullo de los visitantes, las oraciones, los vendedores de artesanías y los aromas a dulces típicos y chocolate caliente. Subir sus miradores es contemplar el alma del andino: trabajadora, creyente y profundamente conectada con su tierra.
Curiosidades que enamoran
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La Virgen de la Paz pesa más de 1.200 toneladas y puede verse desde casi cualquier punto de la ciudad de Trujillo.
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En la base del monumento hay una capilla consagrada, donde se celebran misas y actos religiosos.
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El mirador del corazón de la Virgen es el más visitado: desde allí, se tiene una de las vistas más impresionantes del país.
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Cada año, miles de peregrinos y turistas nacionales e internacionales visitan el monumento, especialmente durante las fiestas patronales de enero.
Cómo llegar
Desde la ciudad de Trujillo, el acceso al monumento se realiza en vehículo por una carretera asfaltada de unos 7 kilómetros, o bien, para los más aventureros, a pie o en bicicleta. El sitio cuenta con estacionamiento, guías locales, restaurantes y ventas de suvenires.
Quienes llegan hasta allí no solo se llevan una fotografía: se llevan una experiencia que combina espiritualidad, turismo y naturaleza, en un rincón de Venezuela donde la paz se siente, se respira y se mira desde el cielo.
El Monumento a la Virgen de la Paz es más que una obra arquitectónica: es un símbolo que une la devoción con el turismo, el arte con la identidad, y la fe con la esperanza. Visitarla es entender por qué Trujillo sigue siendo, en esencia, un refugio de paz entre las montañas.
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